Parece que el tiempo pasa por todos, ayer cumplía 37 años uno de los bases más eléctricos, potentes y sin cabeza que han pasado por la NBA. Stephon Marbury, Starbury comercialmente, nunca tuvo suerte en el baloncesto profesional americano, aunque si que triunfo en su época de instituto y también en su corta carrera universitaria, dos añitos y a ganar pasta.
Un jovenzuelo Starbury
Sus duelos con AI fueron todo un clásico
Nada mal su Draft de 1996, número 4
Sin duda que sus primeros años con los Timberwolves y junto a KG fueron su mejor momento en la NBA. Llegaron a forman un gran equipo, por el momento el mejor de la historia de esta franquicia, pero sus anelos de mayor reconocimiento y también de más money le hizo forzar el traspaso hasta los por aquel entonces perdedores Nets. Su actuación junto AI en el Allstar de 2001 es quizás uno de sus momentos más recordados. Pero las cosas no funcionaban en Jersey, empieza el ocaso de su carrera. Protagonizó innumerables highlights, pero sin resultado para sus equipos, apenas había comenzado y una terrorífica cuesta abajo empezaba a asomarse, y lo peor es que esta decadencia no fue solo profesional. Sus salidas de tono fueron constantes y pasó rápidamente de New Jersey a Phoenix y de allí a los Knicks de dónde ya no fue capaz de salir...
Tremendo espectáculo que dio junto a Big Ticket
Vísperas de mucho, días de nada
Felicitados por el más grande tras el allstar de 2001
Nunca pudo ser KJ
2006, saca a la venta las famosas Starbury, las zapas del y para el barrio
Mucha calidad, pero todavía más problemas
Los 5 años que pasó en la gran manzana fueron una auténtica locura para todos, las cosas no se podian hacer peor desde la cancha a lo más alto de los despachos y los entrenadores, jugadores y directivos desfilaban año tras año. Marbury se llevó la palma y acabó siendo apartado del equipo a finales del 2009. Los Celtics aparecieron como su último billete para continuar en la Liga. Las cosas salieron como se esperaba, mal. Marbury dijo no estar a gusto, empezó a dedicarse a sus negocios y comenzó su aventura china dónde por fin volvió a encontrarse como jugador, disfrutando del juego y por fin ganando un título. Está claro Starbury! Lo importante es ser feliz, tanto en New York City como en Pekín.
Su falta de protagonismo en el juego verde no le gustó nada
No tuvo problema en cambiar las hamburguesas por las sopitas
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